Las bodas en lugares no convencionales son de mis favoritas.  El solo hecho de poder imaginar una boda en lugares como museos, bibliotecas, jardines botánicos, casas coloniales, cuevas, islas...uf!   La creatividad empieza a fluir a mil.  Y no podía ser menos cuando conversando con Diego, Pía y su familia, una de las opciones para celebrar su boda era hacerla en la mitad del mundo.  La primera reacción en mi mente fue "seguro es un una quinta por la Mitad del Mundo..."  Pero no.  Enseguida me aclaron que el plan era celebrarla en la Mitad del Mundo, así con mayúsculas, ese lugar icónico y uno de los lugares más visitados de nuestro país.  Y si! Es posible casarse en este mágico lugar, donde los hemiserios no se separan, se unen.  Fue un fin de semana de boda increíble, con tanta buena onda y cariño que disfrutamos inmensamente el poder estar.  Ecuador y Colombia se unieron en este día, demostrando una vez más que no hay fronteras cuando el amor es auténtico.  Fue todo un privilegio formar parte de esta boda, gracias de corazón Pía y Diego por abrirnos las puertas, por permitirnos compartir con ustedes y su familia este pedacito de su nueva vida.  Los llevamos en el corazón!