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Pequeña Historia de la Pedida de Mano


Para los hebreos, las negociaciones implicadas eran generalmente un asunto de los parientes de la pareja, de los padres en particular. La elección de una señorita y la pedida de mano, era usualmente asunto de los padres o del padre del pretendiente, seguido del anuncio del compromiso. Este proceso constituía una formalidad llevada a cabo por los padres de la parte de la pretendiente y a menudo, por un amigo o un representante legal de la parte del novio. A los ojos de los hebreos, los novios estaban tan ligados como si ya estuvieran casados, pero no podían vivir juntos antes de que las formalidades de la boda estuvieran terminadas. Para los judíos, los esponsales constituían un compromiso tan serio que, si la boda no tuviera lugar porque el novio cambiara de parecer o por otra razón válida, la joven no podía casarse con otro hombre antes de ser liberada por un proceso legal, es decir un acto de divorcio.

Más tarde, para los romanos, los esponsales se realizaban también en frente de testigos. La alianza sobre todo política y económica de dos familias se simbolizaba por un pequeño anillo de hierro puesto en el anular de la mano izquierda de la futura novia.

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En la Edad Media, los esponsales tomaron un carácter oficial por medio de la iglesia. Los futuros novios debían firmar un registro delante de un cura.

Sin embargo, la revolución Francesa puso fin al marco legal y religiosos de los esponsales.

Hoy, la pedida de mano es antes que nada un buen medio de reunir las respectivas familias y es una ocasión para el novio de obsequiar la prueba de su amor a la elegida de su corazón.

El desarrollo de los esponsales

La tradición es que las madres de los novios se encuentren antes del evento para fijar la fecha de la reunión familiar. Esta última se realiza según la costumbre en la casa de los padres de la novia. La mañana de la reunión, el futuro esposo tiene por costumbre de enviar una cesta de flores blancas a su prometida sin olvidar de honrar a su futura suegra haciéndole llegar también un ramo más clásico. En lo que concierne la repartición de los gastos, es generalmente la familia de la novia que ofrece la comida de los esponsales mientras que la familia del novio o el novio se encarga de obsequiar el anillo.

Datos interesantes: En caso de ruptura de los esponsales, la novia puede conservar el anillo obsequiado. Sin embargo, si el anillo siempre ha pertenecido a la familia del novio, este está sujeto a un régimen particular. Debe ser entregado a la novia como un préstamo y debe ser restituido.

Fuente: ameliste.es

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