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A Natural Romantic Wedding - La boda de J&J en la Mitad del Mundo


La ceremonia de una boda es el momento más emocionante del día. Es este momento el que da sentido a todo lo demás y no al revés, ya que es en este momento tan mágico en el que realmente se ve de qué está hecha cada pareja, sus anhelos, su historia, su amor. Las ceremonias, sean religiosas o no, son también un reflejo de cada pareja: el escoger una lectura específica, qué dicen sus votos, cómo cuentan su historia, quienes les acompañan, las emociones que se ven en ellos cuando están uno frente al otro, mirándose a los ojos y listos para seguir caminando juntos por la vida.

La ceremonia de Janneth y Jacob fue justamente eso: un reflejo de ellos como pareja. Iniciamos con un preludio de música andina mientras los invitados tomaban asiento en el Jardín del Cedro, y cuando los novios caminaron hacia el altar, un solo de charango fue el acompañamiento ideal y el preferido por ellos. La corte estuvo conformada por sus mejores amigos y familia más cercana. Durante la ceremonia relataron la forma en que se conocieron, cómo fue el camino hasta llegar a este día y sus votos. Cerraron la tarde con la ceremonia de la arena y con el tradicional rompimiento de vidrio de las ceremonias judías.

Terminada la ceremonia, pasamos a la hora del cóctel en otro de los jardines de la Hacienda Cusín. La música andina tuvo aquí su oportunidad de brillar aún más, ya que los invitados pudieron bailar y disfrutar de este momento. Los novios tuvieron oportunidad de bailar un fandango, un ritmo tradicional en las bodas andinas, que celebra la unión de dos personas. Todo esto estuvo acompañado de bebidas soft y bocaditos ligeros con vegetales, trucha y camarón. Mientras ubicaban su mesa, los invitados pudieron firmar el libro de invitados e ir pasando hacia el área de recepción.

¡La recepción estuvo de lujo! La decoración top, comida deliciosa y todos los detalles que tuvimos. La pista tuvo el monograma de los novios, que también estuvo presente en todo el material impreso de la boda. El menú: una mezcla de sabores locales, sumamente delicados. El tipo de servicio fue “family style”, esto quiere decir que la comida fue servida en fuentes a la mesa para que cada invitado se sirva. Tal cual una comida familiar.

Terminada la comida, cortamos la torta y abrimos la mesa de dulces, que fue todo un acontecimiento por la variedad de sabores, texturas y colores. Janneth y Jacob abrieron la pista con “Come Away with Me” de Norah Jones y para prender la fiesta, subieron al escenario los chicos de Rumbecu, quienes hicieron bailar a todos hasta la media noche. El papá de Jacob les preparó una sorpresa, tocando un tema tradicional de Chicago con su armónica, trayendo así un pedacito de su hogar al Ecuador. Avanzada la noche, Janneth y Jacob volaron por los aires en la tradicional Horah, un baile tradicional judío, haciendo honor a las raíces de Jacob. Para al lanzamiento del ramo, todas las chica se reunieron en el centro de la pista y la que se lo llevó fue nada menos que una de las mejores amigas de Janneth.

Fue así como terminamos la noche: felices, plenos, con el corazón lleno y con la certeza de haber dejado una huellita de Ecuador en cada uno de los invitados a este fin de semana de ensueño y como no, en Janneth y Jacob. Y con esto cerramos la boda de Janneth y Jacob, deseándoles todo lo mejor en su camino y recuerden, “you will always have Ecuador!”

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