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5 reflexiones para Bodas en Pandemia

Actualizado: 16 jul 2020



Seguramente han visto y escuchado que desde la primera semana de julio, la industria de eventos de reuniones y eventos sociales cuenta con un Protocolo de Bioseguridad aprobado por el COE Nacional. Si a esto le suman que las nuevas reglas de semaforización autorizan reuniones sociales de hasta 25 personas (con excepción de Quito) entonces las cosas están dadas y listas para poder retomar tus planes de boda.


A pesar de que legalmente podamos hacer eventos cumpliendo con protocolos de bioseguridad e implementando nuevos controles para que los eventos sean espacios seguros, es posible que todavía ustedes, parejas y familiares de estas parejas, no tengan todavía muy claro cómo sería una boda bajo estas condiciones. Y si a esto le sumamos la sensación de incertidumbre, recelo y miedo, pues entonces seguro todavía te encuentras paralizado y sin saber si vale la pena o no seguir adelante con tus planes de boda para este año.



Entonces, ¿qué hacer? ¿cómo tomar una decisión este momento si todavía no están familizarizados con los procedimientos adicionales que tendrán que realizar para poder llevar a cabo su boda de forma segura? ¿Cómo hacer para que mis invitados, esos 25 que vendrán, se sientan tranquilos y disfruten de este día como nosotros? ¿Vale la pena casarse en estas condiciones?


Después de darle vueltas al asunto, de ver cómo en estos meses de confinamiento la vida nos cambió sin previo aviso, que hemos replanteado prioridades, de aprender a vivir un día a la vez y de ver llenos de tristeza cómo nuestra industria se ha empezado a caer a pedacitos, hoy les quiero dejar 5 de mis más sinceras reflexiones de cómo podríamos enfrentar esta situación hasta fines de año y cómo, siempre, valdrá la pena casarse a pesar de todo.


1. Casarse no es sólo sinónimo de fiesta: si lo miran fríamente, casarse es mucho, pero mucho más que una fiesta, en todos los sentidos. Que estemos acostumbrados a que una boda sea un gran evento social es otra cosa. No digo que no merezca una celebración, para nada, sólo digo que si de verdad quieres casarte este año, pues entonces vas a tener que adaptar tu celebración y estar dispuesto a innovar. El tope que tenemos son 25 invitados, pero incluso puede ser con menos, si es que creen que 25 es mucha gente o el decidir qué 25 son los elegidos se les complica.




2. Una boda es de dos: de nadie más. Siempre (con o sin pandemia) vas a encontrarte con opiniones, sugerencias, críticas, recomendaciones bien intencionadas o de plano, rechazo o duda de todo lo estés pensando hacer. Incluso es posible que te juzguen por querer seguir adelante con tu boda en esta situación. Es muy normal que familia y amigos opinen, pero quienes toman la decisión final son ustedes dos. ¿Quieres casarte en el Registro Civil con dos testigos? Dale! ¿Quieres aprovechar que en estos tiempos sólo hay como hacer bodas pequeñas porque es eso lo que realmente siempre has querido? Dale! ¿Quieres casarte en tu casa, con tus papás y hermanos? Dale! ¿Prefieres esperar un poco más porque quieres una boda más grande? Dale! ¿Siempre has pensando que casarte en la playa rodeado de tu gente querida sería increíble? Dale! Todo esto es factible y posible. Sobre todo la idea de celebrar tu boda en destinos mágicos que tiene nuestro país. De esta forma también ayudas a reactivar el turismo local que, cómo nosotros en las bodas, se ha visto afectado.




3. Casarse con pocos invitados no quiere decir que la tuya será una boda sencilla: es momento de dejar de lado la asociación inmediata: boda pequeña = boda barata. Claro que puede ser más económica, ¿pero sólo a eso se reduce tu boda pequeña, a etiquetarla de barata? Me rehuso! Una boda mini puede ser la boda más fancy, top, de lujo o como quieran llamarle, que se haya organizado en los últimos tiempos. ¿Han escuchado la frase que toda crisis es también una oportunidad? Pues eso.  Con 25 personas o menos puedes hacer tantas cosas que con 100 no las podrías hacer! Sabes cuántos hoteles hermosos y chiquitos existen en las playas o en la sierra de nuestro país? ¿De esos lugares alucinantes en donde sólo unos pocos tendrán el privilegio de alojarse y acompañarte en tu ceremonia? Les invito a abrir su mente para transformar esta boda mini que se cree sencilla, en una total experiencia de los sentidos. Y claro, inolvidable como debe de ser, no barata :)




4. Poner en práctica todos los protocolos de bioseguridad puede sentirse y verse un poco raro: para qué mentirles, creo que es mejor que sepan desde el inicio a lo que van y que nosotros, como proveedores serios y responsables, debemos velar el cumplimiento de las nuevas reglas, por su seguridad y la nuestra. Son cosas básicas, pero que debemos reforzar durante el evento por lo que desde ya les agradeceremos su paciencia y comprensión. Medidas como el uso de alfombras desinfectantes a la entrada, control de temperatura, el lavado de manos, el mantener la distancia sugerida, personal de servicio con su mascarilla, incluso verán señalética que refuerce estos mensajes. Pero si se ponen a ver, no es nada de lo que ya hemos estado haciendo estos últimos meses.  Lo nuevo será que tendremos que implementar un mecanismo para comunicar a sus invitados sobre cómo vamos a proceder con las normas de bioseguridad durante su boda y vamos a necesitar que ellos acepten estas condiciones, al igual que ustedes, los novios. Cuál es el punto de  esto: que tanto ustedes y sus invitados conozcan cómo vamos a proceder durante el evento en temas de bioseguridad y que acepten asistir a la boda bajo estos parámetros.




5. La burbuja social sí puede salvar vidas: la salud es algo que no tiene precio, eso es indudable. Y creo firmemente que la salud debe verse de forma integral. Estamos viviendo una pandemia que afecta la salud física, pero ¿y la salud mental? ¿Dónde la dejaron? Es indiscutible, el humano es un ser social, es un ser que nace, crece y se mueve dentro de un  núcleo social.  Por eso creo que la burbuja social sí salva vidas, las salva de la depresión, de la angustia, del estrés. Esta se implementó como una forma de ayuda para la gente que vivió la cuarentena completamente sola. Es una herramienta que permitió conectar a las personas solas con sus vecinos o allegados durante las fases ya no de cuarentena sino de distanciamiento social, dándoles así la oportunidad de contacto personal con otro ser humano. Armar una burbuja social tiene reglas claras, por lo que las personas que decidan armar una, deben comprometerse a cumplirlas por el bien propio y el de su burbuja, y de esta forma retomar ese contacto social, ese compartir, ese sumar a un grupo que tanta falta hace. Se recomienda que para bodas hagamos lo mismo, o al menos reforcemos nuestro círculo de confianza  ¿Cómo implementar una burbuja social para tu boda? Pues de la misma forma, poniendo ciertas reglas que tú y tus invitados deben cumplir durante los días anteriores y posteriores a tu boda. Lo mismo debemos implementar nosotros como proveedores. En mi antiguo trabajo, había una frase que la utilizaban siempre: “Yo te cuido, tú me cuidas”. Nada más verdadero en estos tiempos.


Para terminar, una última reflexión. Los eventos y las bodas son por definición, espacios de contacto social, son ocasiones, momentos específicos donde la gente se encuentra, se divierte, celebra, experimenta, recuerda. Su función primordial es conectar. Ayúdanos a mantener esa escencia! A cuestionar al menos un poco esta nueva normalidad que nos impide  y nos asusta reunirnos.  A no perder ese querer encontrarnos, ese querer celebrar, querer abrazarnos.


Quieres seguir conversando sobre las alternativas? Tienes preguntas?  Dale click aquí y hablemos!


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